Cuarto Acto
Gobierno de Transición
Por: Alejandro García Rueda
Llevo trece años ejerciendo la labor periodística, tengo casi 35 años viviendo en Coatepec, mi casa y en todo este tiempo he llenado algunos cajones, huecos y rincones con textos que dan cuenta de la vida pública nacional. Hace poco, sin embargo, descubrí un resquicio en el que cabrían algunas nuevas reflexiones.
Más tarde, sin dejar de darle vueltas al asunto, se me ocurrió que por aquella hendidura pasaran —muy de vez en cuando— los argumentos y puntos de vista respecto a lo que pasa en el ámbito local.
Luego de encender la computadora, abrí el procesador de texto, conecté los audífonos y puse play a la playlist que incluye jazz, lofi y un poco de britpop para dar rienda suelta a la escritura de estas líneas.
Es un ejercicio interesante. La siguiente frase que escribas, quizá para alguien más significará más de lo que se dice literalmente o será en realidad cualquier otra cosa.
Cabe aclarar que este espacio no está diseñado para la ejercer la crítica pero sí para fomentar el pensamiento crítico, en donde se puede evaluar la información y las ideas, para decidir lo que vas a aceptar y creer.
Dicho lo anterior me parece un poco inexplicable, pero no sorprendente que, a 22 días de haber comenzado formalmente, ya se ciernen críticas sobre la nueva administración municipal.
Ojalá sea claro y se entienda de la mejor manera cuando menciono que ésta es una etapa de transición. Es el punto de partida, ahora se está —pienso— construyendo y/o apuntalando una estrategia a seguir.
Y perdón si le causa escozor a más de uno, pero la transición no es siempre un paréntesis o un guion largo; es muchas veces el paso a un enfoque diferente.
Se puede comprender que ante la novedad exista un poco de nerviosismo. Si ese es el diagnóstico, cabe entonces revisar el accionar y las formas del Gobierno Municipal para negociar en el momento indicado. Ahora, ¿Qué hacer de manera adicional? Es cosa de creatividad.
La creatividad nos sirve para ensalzar las más pírricas victorias, atenuar las pérdidas más abrumadoras o darles otro matiz a los triunfos.
Mejorar, el otro camino
Antes de jugar, el ajedrecista debe tener presente que no es un asunto de confrontación sino de estrategia y que en lugar de abrir la puerta a un sinnúmero de enfrentamientos puede modificar o mejorar las condiciones existentes. Estamos en una transición y es una realidad que continuará en el futuro inmediato así que en lugar de buscar enarbolar críticas desde el principio ¿Por qué no buscar incidir en las coyunturas propicias?
En casa tenemos ahora a un cabildo con elementos que están acostumbrados a abrirse paso entre la multitud. Su estilo puede ser definido (y bien entendido) como combativo y discursivamente está cargado hacia causas que llegaron a estar fuera del radar.
Hay, por supuesto, cosas que escapan a los límites de este artículo, pero con 22 días de trabajo formal, insisto, se pueden estar sentando las bases para aplanar, cimentar y decorar lo que quedó en obra negra.
Cuando se habla de incidir en las coyunturas propicias, se trata de impulsar ya sea desde adentro o desde afuera una perspectiva empeñada en visibilizar la necesidad de que los responsables de resolver ciertas problemáticas realmente se involucren en lo que sucede a su alrededor.
Lejos de toda crítica, lo cierto es que los integrantes de este cabildo pueden crecer —si así lo desean— en sus circunstancias políticas porque ya traen el espíritu y el ímpetu del luchador, pero serán más completos porque ahora pasarán más tiempo siendo funcionarios.
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