Rafael Rojas Ojeda, Diputado del Gran Maestro para el VI Distrito de la Gran Logia Unida Mexicana y del Gran Oriente de Veracruz A.C., integrada por masones abrió la puerta de su consultorio este miércoles por la tarde para atender a esta casa editorial, que había pactado con él una entrevista acerca del proceder de la organización.
El marco del encuentro entre un masón y un profano —como llaman a todo aquél que está fuera de su fraternidad— fue el respeto mutuo. El diálogo, cercano y ameno, condujo a un sinfín de reflexiones sobre la memoria viva de la masonería, su historia, su normativa, los aspectos que deben reunir quienes aspiran a ser considerados para enrolarse en sus filas y las historias que día a día se vierten en plataformas digitales respecto al colectivo, entre otros temas.
En cuatro años de trayectoria al interior de la asociación, Rafael Rojas Ojeda ha alcanzado una posición tal que se le concede autorización para hablar acerca de ella.
La inquietud de un nutrido sector social por conocer a profundidad la masonería es insólito y entre el cúmulo de historias relacionadas a supuestos rituales celebrados por la hermandad ha figurado la de un usuario de Tik Tok que aseguró que durante la iniciación, el profano pasa un tiempo relativamente largo en la oscuridad para después encontrar algo de luz, lo cual consideró incompatible con cualquier religión.
En su alocución el sujeto afirma que, durante la ceremonia, el iniciado se encuentra con los ojos vendados y los masones le preguntan «¿qué buscas?», a lo que éste último debe responder «la luz» para verse despojado de lo que le impide ver.
En el video que hasta el momento registra cerca de 904 likes y ha sido compartido por 35 cuentas dentro de la plataforma, el individuo asevera categóricamente que la masonería defiende que independientemente de la religión que se profese, se vive en un estado de oscuridad y es justo la agrupación la que puede traerle la luz, algo que le resulta chocante pues al venir de una formación católica no siente que realmente sea carente de iluminación.
Es así que luego de ofrecer dicho contexto, se inquirió a Rojas Ojeda si es verdad que solo la masonería traería la luz. Cualquier otra persona hubiera cambiado su rictus, trastabillado o desviado la atención del asunto, pero nunca dudó.
En la masonería simbólica existen tres grados que son «compañero», «aprendiz» y «maestro masón», que es el más alto dentro de ella.
«La Gran Logia Unida de Inglaterra, cuando se funda primero como la Gran Logia de Londres y hace sus funciones, le permite a sus hermanos, a sus maestros masones buscar más estudio en lo que se llaman ‘ritos filosóficos’, los más conocidos pues son el rito escocés antiguo aceptado, el rito de York, el rito escocés rectificado, el rito escocés de Stubborn y hay muchos más, pero en lo simbólico solamente hay tres grados,» puntualizó.
Hay asuntos que todavía se discuten dentro de la organización, pero se acepta que en los tres grados universales, al ser simbólicos no pertenecen en realidad a ningún rito; sin embargo, sí tienen un sistema o lenguaje que puede ser de corte escocés o de York.
«Te explico esto porque solo en los sistemas de corte escocés o de corte franco-americano existe esa parte de que estás en la oscuridad y después vas en la luz. En los sistemas americanos como tal no existe tal cual.»
El Diputado del Gran Maestro para el VI Distrito de la Gran Logia Unida Mexicana rechazó que la masonería fuera incompatible con alguna religión.
En cualquier otro personaje, un cuestionamiento punzante como éste hubiera provocado, por lo menos, algo de indignación. No obstante, Rojas Ojeda ofreció un panorama histórico de la fraternidad, constituida administrativamente alrededor del año 1717, época en la que el sector de la construcción trabajaba particularmente para los reyes y la iglesia.
«Las primeras enseñanzas morales que permean a estos gremios de constructores son de corte anglicano; son de corte presbiteriano, o sea, son de corte cristiano,» añadió.
Claro que hay temas, acontecimientos o sucesos que han generado un cisma: Martín Lutero expresó su visión del cristianismo apoyado en su personalidad y en el uso eficiente de la imprenta y Juan Calvino puso en valor las bondades del trabajo para dar gloria al ser supremo.
Los dos fueron figuras del protestantismo, fenómeno que en declaraciones realizadas por el historiador, filósofo y teólogo Gerson Leite de Moraes, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, en Sao Paulo, a BBC News Brazil, no es otra cosa que «la vuelta a la Biblia como elemento esencial».
En palabras de Rafael Rojas Ojeda, la masonería se ha ido adaptando y no es antagónica con algún credo.
«La parte de estar en la oscuridad, aunque en los sistemas americanos no se vive como tal, sí te la explican. Es la ignorancia en la que vive el ser humano y la luz no es otra cosa que la de la ciencia, la del estudio. Entonces, en ese sentido claro que no es incompatible con ninguna de las religiones,» apuntó.
La historia del masón se escribe día con día, inherentes a su accionar son elementos como el simbolismo, los ademanes o tocamientos y las palabras en clave. Más que envolverle un halo de secrecía, de esoterismo y ocultismo, asimila que su realidad está «reservada», que su accionar es simplemente «discreto».
«Somos discretos con algunas cosas que tú no vas a entender hasta que no las vivas, inclusive dentro de los tres grados, hay cosas que cuando no tienes los otros grados no lo comprendes,» sostuvo.
La masonería tuvo que resguardarse del ojo público porque identifica perfectamente en su historia un momento de persecución contra la hermandad, incluida la época de las bulas papales y la guerra cristera. Lejos de tomar la discreción como un asset que juega en contra, admitió que la gran lección para el masón es la de no ser presumido u ostentoso.
El sincretismo entre la ciencia, las artes y otros saberes con la religión está presente en su vida de manera muy particular, siendo ineludible tener que convivir con historias que versan sobre satanismo.
El entrevistado, con total aplomo, desmintió que al interior de la organización existan prácticas de ese corte, toda vez que no se ven a sí mismos como parte de una secta o religión.
En la educación básica, media, media-superior y superior, las y los docentes otorgan una hoja de ruta a sus pupilos; para él o ella existen planes que van de la «A» a la «Z» y se siguen en estricto orden, algo que choca un poco con la masonería, porque aun cuando cuentan con programas, reglas y normativas, el avance responde a un proceso más personal.
Sistemas como los americanos marcan la obligación de los maestros a dar buena instrucción y el derecho de los aprendices a recibirla, como tal, son una escuela iniciática en la que existen liturgias.
«Sin importar que trabajes bajo un sistema de York, escocés o el que sea, el maestro masón tiene el mismo objetivo, que es el mejoramiento del ser para poder hacer algo en beneficio de la humanidad.»
El ser humano puede enfrentarse a una dicotomía, inclusive en repetidas ocasiones, para tomar una decisión respecto a dos caminos que, en principio, resultan mutuamente excluyentes o contradictorios. A estas alturas de la entrevista, el autor de estas líneas ya se cuestionaba si la producción de un videoblog o de un documental hubiera sido más atractiva; sin embargo, la profundidad de la misma charla pedía a gritos un fiel testigo: La palabra.
(Foto de Mohamed Nohassi en Unsplash)
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