Cuarto Acto
Gran parte de verdad
Por: Alejandro García Rueda
La gente se está hartando de que le mientan. Luego de dos, tres, cuatro veces el pueblo tiene la sensación de que la situación es inaceptable.
Está bien decir que «el presidente se equivocó», lo que no está bien es hacerlo sobre la base de una mentira.
“Todavía no alcanzo a comprender x que se puso esa ropa yo se que es político y el sabe que su estanpa qué usa es para dar lastima pero en esta foto se párese un mamarracho en lugar d dar lastima da risa (sic)”, comentó un usuario en Facebook luego de ver una imagen que muestra al presidente Andrés Manuel López Obrador vestido con una guayabera que le llega a las rodillas y un pantalón abombado.
Como ese, algunos otros comentarios fueron publicados para criticar la supuesta falta de formalidad y profesionalismo del mandatario por acudir vestido de esa forma a un evento público. Sin embargo, esta imagen fue manipulada y originalmente se tomó en junio de 2020, durante el ‘banderazo’ de la construcción de un tramo del Tren Maya.
En un video que circula en redes sociales, se sugiere que el mandatario se presentó a una conferencia matutina en estado de ebriedad cuando en realidad el video fue ralentizado para simular dicho comportamiento.
Cuando te digan que la política trata de ideologías, recuerda que también va de ciertos intereses en los que es difícil diferenciar a buenos y malos.
Últimamente se ha vuelto casi recurrente el que distintos organismos levanten la voz en favor de la democracia, los derechos humanos y la salud pública, pero ¿les puedes creer?
Nos mal acostumbraron
Hay que tomar en cuenta que —a lo largo de 88 años— se han hecho públicos incontables actos de corrupción acaecidos tanto dentro como fuera de las altas esferas de la política mexicana, que se habla de sumas millonarias presuntamente irregulares y que, por poner un ejemplo, en el desglose de observaciones relacionado con una auditoría efectuada durante el año pasado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), se habla de conceptos como estímulos económicos, sobrepaga o convenios sin la documentación necesaria.
Es increíble, pero dada la sucesión de hechos parece ser cierto: Se sigue pensando que la gente es tonta y se cree que no hay grupos que defienden los intereses de unos cuantos.
No obstante, lo que más importa en este momento es si la ciudadanía está pintada o si realmente pinta algo.
Cada vez que la gente sale a marchar pidiendo un cese a la impunidad no se ven colores o ideologías de derecha e izquierda y no hay que ser muy sagaz para notar que el país, por unos instantes, deja de ser el que está dividido entre «chairos» y «fifís».
Entre la multitud, ambos bandos coexisten porque no hay que ser «amlovers» o «derezombies», sino mexicanos, en este caso, contra la impunidad.
Asistimos a los tiempos en los que se hace la guerra de una forma distinta y ojo, que no se hace por la democracia, porque si así fuera, entonces la situación en medio oriente sería totalmente distinta.
Esto es de intereses.
Tan es así que buena parte de la conversación está centrada en información inexacta, clasista, superflua o carente de contexto, pero no estrictamente falsa.
El devenir político y social de este país no está decidido o escrito en un guion de televisión y seguro habrá gente que no está de acuerdo con el presidente o con quienes forman parte de su gabinete, pero con toda seguridad, hay también quienes ya no están dispuestos a soportar una burla más.
Hay verdades que muchas veces por conveniencia no se dicen, pero una de tantas es que la situación comienza a ser insostenible porque entre tanto discurso contra el presidente es (hasta ahora) muy difícil encontrar una que sea verdad.
Si el que escribe fuera político, diría que sostener una mentira diariamente es tratar mal a la gente, que es a final de cuentas con su voto la que puede fortalecer un proyecto, pero al no serlo, la impresión que queda es que al final del día ya sea por conciencia o dignidad, el electorado sabrá que estará apoyando a quien en su discurso abandera gran parte de verdad.
(Imagen de Brian Wertheim en Unsplash )
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