Nueva Delhi. El estado indio más afectado por el covid-19, cuya capital es Bombay, impuso este lunes nuevas restricciones sin descartar la idea de otro confinamiento, a raíz del alza de los contagios en momentos en que la amplia campaña de vacunación parece atrasada.
Un fuerte rebrote epidémico se registró estas últimas semanas en el estado occidental de Maharashtra de 110 millones de habitantes. Bombay es la capital económica de India y la región en cuestión es la más castigada del país, con unos 52.000 muertos desde el inicio de la pandemia.
El número de nuevos contagios diarios en Maharashtra volvió a niveles conocidos en octubre, en el pico de la pandemia. Por ello este lunes entraron en vigor nuevas restricciones, entre ellas la prohibición de cualquier reunión religiosa, social y política.
El primer ministro del estado, Uddhav Thackeray, dijo el domingo estar «preocupado por la gravedad» de una posible segunda ola.
«El mantra (principio) simple es utilizar una mascarilla, respetar la disciplina y evitar el confinamiento. Revisaremos la situación en los próximos ocho días para pronunciarnos sobre un confinamiento», agregó.
El duro confinamiento impuesto en India en marzo pasado fue tan flexibilizado que las familias pudieron organizar casamientos fastuosos y los torneos de críquet se llevan a cabo con público, a pesar de que el número de espectadores está aún limitado.
India tuvo un pico de más de 97.000 contagios en septiembre, antes de que cayeran a poco menos de 9.000 a principios de febrero. Pero según datos del ministerio de Salud este lunes la cifra llegaba a 14.000 nuevos casos diarios.
Actualmente el país cuenta con 150.000 casos activos de covid-19, según datos oficiales.
India es el segundo país del mundo en contagios con más de 11 millones de casos para una población de 1.300 millones de habitantes, es decir cuatro veces más que Estados Unidos, que lidera esa estadística con más de 28 millones de contagios.
Con 156.000 muertos, India ocupa además el cuarto lugar en la lista de países más golpeados desde el inicio de la pandemia.
«Acento principal» en la vacuna
En Nueva Delhi, capital de 20 millones de habitantes, este lunes se registraron 46 nuevos casos y dos decesos.
Para el vendedor de verduras Radhekrishna Negi, los negocios han vuelto a la normalidad. «Estoy cansado del corona. Sufrí tantas pérdidas el año pasado», dice a la AFP. «Para mí el corona se terminó. Ya no tengo miedo del virus ahora. Mi familia está bien, yo estoy bien. No hay razón de inquietarse», agrega.
En cambio, otros habitantes siguen preocupados por el virus. «Si observamos la situación en el mundo entero, en todos los lugares donde bajaron la guardia los casos volvieron a aumentar», declara Gaurav Kumar, de 44 años, agente comercial y de marketing. «No podemos permitirnos tomar las cosas a la ligera, considerando la talla de nuestra población y el historial reciente de casos».
«Todo el mundo parece creer que el corona desapareció de nuestro país. Yo no lo creo», subraya Seema Arora, una ama de casa de 30 años. «La gente es idiota», lanza.
Para Anand Krishnan, profesor del hospital AIMS de Delhi, es demasiado pronto para afirmar que se prepara una nueva ola, aunque estima que el «acento principal» debe estar en el respeto de las medidas personales de prevención y las vacunas.
India comenzó a vacunar al personal sanitario a mediados de enero y espera llegar para julio a los 300 millones de personas inoculadas, es decir 600 millones de dosis. Pero con 11,1 millones de vacunas administradas hasta el momento, al ritmo actual llevaría años alcanzar esa cifra.
De su lado, Adar Poonawalla, presidente del mayor fabricante de vacunas del mundo, el Instituto Serum de India (SII), pidió el domingo a las naciones que esperan el suministro de dosis contra el covid-19 que sean «pacientes» tras la orden recibida de dar prioridad a las «enormes necesidades» de su país.
(La Jornada)
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